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Impuesto al alcohol en Colombia: urge una modificación

Por:

Guillermo Paraje, Ph.D en Economía de la Universidad de Cambridge, Reino Unido.

No hay consumo de alcohol saludable. Contrariamente a lo que, por años, la industria del alcohol intentó instalar en la opinión pública, la evidencia científica muestra que todo consumo de alcohol tiene amplios efectos negativos sobre la salud. Se ha establecido que está directamente relacionado con la demencia (1) con numerosos tipos de cánceres (2) y con enfermedades cardiovasculares (3). La cantidad de evidencia al respecto es abrumadora.

Partiendo de las fracciones atribuibles a alcohol publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el 2019 en Colombia, y con base en las muertes reportadas en el país por el DANE, en Colombia mueren anualmente alrededor de 10 mil personas a causa del consumo de alcohol. Según el estudio global de carga de enfermedad de la Universidad de Washington, esta es la principal causa de muerte entre los hombres de 15-49 años y la segunda en la población total de este rango de edad.

En Colombia una de cada dos personas consume alcohol al menos una vez al año, y el promedio de consumo es de 11,7 litros de alcohol puro entre quienes beben (el equivalente a unos 220 litros de cerveza). Naturalmente, ese consumo no se reparte de manera pareja a lo largo del tiempo, sino que se concentra en pocos días (y hasta horas).

En estudios realizados en países comparables a Colombia (Chile, por ejemplo), se ha encontrado que el costo social del consumo de alcohol (que incluye gastos directos para atender enfermedades causadas por el alcohol, muertes prematuras, costo de la violencia generada, etc.) equivale a cerca del 2% del PIB, siete veces más de lo que Colombia invierte en, por ejemplo, Investigación y Desarrollo.

Una de las herramientas más costo-efectiva para reducir el consumo de alcohol es el impuesto. Aumentar el impuesto al alcohol salva vidas, ahorra recursos y produce una asignación económica más eficiente, lo que puede tener impacto en el crecimiento económico. El incremento del precio, por aumento del impuesto, tiene un efecto sustancial sobre la probabilidad de que niños y niñas comiencen a consumir alcohol o que retrasen ese inicio, lo que alteraría su patrón futuro de consumo (mientras más tarde empiecen, menos nocivo es el patrón de consumo). Se ha estimado a nivel global que un incremento del 10% en el precio del gramo de alcohol etílico (producto de un aumento impositivo, por ejemplo), reduciría la cantidad demandada en un 4-6%.

Es importante no sólo aumentar el impuesto sino que dicho impuesto tenga una estructura adecuada para lograr diversos objetivos deseables. El primer objetivo es que el precio del alcohol refleje los costos sociales de su consumo. Esto incluye los costos privados (de producción y distribución, por ejemplo), pero también aquéllos que involucran costos sobre terceros (por accidentes de tránsito, violencia, etc.), costos por pérdida de capital humano (por ejemplo, la educación en que la sociedad invirtió), costos por pérdida de productividad (por ausentismo), los costos en atenciones médicas relacionadas al consumo de alcohol, etc.

Dado lo anterior, si lo que causa el perjuicio social es la cantidad de alcohol etílico que se consume (que es lo que, finalmente, causa la intoxicación de lo que se derivan los costos sociales), lo que se debe gravar es la cantidad de alcohol etílico contenida en la bebida. Y para ello se necesita un impuesto específico por gramo de alcohol etílico (cada 100 ml o unidad equivalente). Esto causa, a priori, dos cosas: 1) que el precio relativo de las bebidas con menor graduación alcohólica baja respecto de las que tienen mayor alcohol, por lo que tienden a ser elegidas por los consumidores; 2) que los productores tienden a reformular sus productos para bajar el contenido de alcohol y pagar menos impuestos. En todo caso, un impuesto como este baja el consumo de alcohol en la población.

El segundo objetivo es que la recaudación del impuesto sea simple, barata y eficiente. Si el impuesto es ad-valorem, es decir, un porcentaje del precio del producto, este debería cobrarse sobre el precio final, para garantizar una mayor carga tributaria. Por otra parte, si es específico, debería ser cobrado a los productores pues la administración del recaudo sería más simple y eficiente, sin que se vea afectado el valor recaudado.

En el caso de Colombia, el impuesto a las bebidas alcohólicas no parece cumplir con ninguno de los objetivos planteados. Primero, es un impuesto que no tiene una lógica sanitaria ni económica ya que grava de manera diferente a productos que pueden tener igual contenido de alcohol, y por tanto igual nivel de riesgo para la salud pública.

Por ejemplo, el contenido de alcohol en vinos se grava a una menor tasa que en los aguardientes; además, la tasa del impuesto ad valorem también es diferencial, favoreciendo a los vinos. ¿Es razonable creer que producen un daño diferente? Segundo, es una estructura impositiva compleja, que mezcla impuestos específicos (una cierta cantidad de pesos colombianos por grado alcohólico) con impuestos ad-valorem (un porcentaje del precio). Estos últimos “castigan” el valor de lo que se compra antes de su graduación alcohólica, de forma de que una bebida con menor graduación alcohólica podría terminar con una carga impositiva mayor a otra con más alcohol. Adicionalmente, aumenta el costo de recaudar los impuestos y de fiscalizar su pago.

Colombia necesita mejorar su sistema tributario respecto del impuesto al alcohol. Debe ser simplificado y racionalizado. Los beneficios de ello serán de manera inmediata una mayor recaudación y, lo que es más importante, una mejor salud para la población, con el impacto que esto tendría en gastos sanitarios y bienestar social.

 

Sobre Guillermo Paraje: es Ph.D en Economía de la Universidad de Cambridge, Reino Unido.

Profesor titular de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (Chile). Ha sido consultor de la Organización Mundial de la Salud, Banco Mundial, PNUD, UNICEF, CEPAL, Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros. Es investigador en economía de la salud (equidad en salud, sistemas de salud, políticas económicas para el control de enfermedades no transmisibles) en países en desarrollo.

En 2018 la Organización Mundial de la Salud, región de las Américas le otorgó el Premio Día Mundial sin Tabaco por sus contribuciones a la economía del control del tabaco. Es un Miembro Internacional Distinguido del Comité Consultivo de Evaluación Global del Programa de Investigación Global en Alimentación de la Universidad de North Carolina (Chapel Hill).

¡Lo que dice la ciencia!

Nombre del articulo Enlace / Institución
Alcohol Organización Mundial de la Salud
Alcohol Organización Panamericana de la salud
Alcohol Instituto Nacional contra el abuso del alcohol y el Alcoholismo Estados Unidos
Enfermedades no transmisibles Alianza Mundial para la Enfermedades no transmisibles
750 000 casos de cáncer en el mundo por consumo de alcohol en 2020 Instituto Nacional Del Cáncer Estados Unidos
El alcohol y el cáncer Centro para el control y prevención de enfermedades CDC
Alcohol y riesgo de cáncer Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos
Alcohol and Cancer: the American Society of Clinical Oncology National Library of Medicine:  Pub Med
Efectos del alcohol en sobrevivientes del cáncer Movendi International
6 Reasons Why New WHO Comment on Health and Cancer Risks From Low Dose Alcohol Movendi International
Relación entre el consumo de alcohol y el cáncer Universidad de Salamanca
Tabaco, alcohol y su efecto sobre el riesgo de desarrollar cáncer Revista Chilena de pediatría
Efecto del alcohol y sus metabolitos en el cáncer de pulmón Revista de Medicina Clinica

Aumenta la presión para que las grandes tabacaleras paguen

¡Necesitamos comida, no tabaco!

Un nuevo análisis pone de relieve el coste del cultivo del tabaco en el Día Mundial Sin Tabaco

25 años después de que las grandes tabacaleras se vieran obligadas a pagar cientos de miles de millones de dólares estadounidenses, las demandas judiciales como el caso histórico de Brasil de 2019 avanzan en todo el mundo para hacer que la industria pague por los daños a la salud pública.

De acuerdo con el tema de este Día Mundial Sin Tabaco, «necesitamos comida, no tabaco», un nuevo análisis de Corporate Accountability examina los costos adicionales de la producción de tabaco. Entre sus hallazgos, el cultivo de tabaco desvía suficiente tierra para alimentar a 40.000 personas en un solo mercado importante para esta industria mortal.

«Las grandes tabacaleras imponen costos asombrosos a las personas y al planeta, desde la semilla hasta la adicción. Estos son costos que la industria, no los agricultores, ni los contribuyentes, ni nuestras familias, deberían asumir. Es imperativo que los países responsabilicen financieramente a la industria por sus daños”, dice Jaime Arcila, investigador de la campaña para el control de tabaco de Corporate Accountability.

Como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), vastas extensiones de tierra se convierten en cultivos de tabaco cada año, lo que deforesta cientos de miles de hectáreas.  Su cultivo es químicamente intensivo, agota la salud del suelo, contamina el agua potable y representa graves amenazas para la salud de los trabajadores agrícolas.

Al revisar las bases de datos del gobierno mexicano, Corporate Accountability encontró que en uno de los mercados importantes de productos de tabaco de América Latina:

  • Un área de más de 10.000 campos de fútbol está dedicada al cultivo de tabaco.
  • Esta zona genera emisiones de CO2 equivalentes a las de 20.000 coches al año.
  • Y se requiere suficiente agua para satisfacer las necesidades de más de 5 millones de personas para producir productos que anualmente causan alrededor del 10 por ciento de las muertes en el país.

Los costos de oportunidad sustanciales de esta escala de producción de tabaco en lugar de cultivos como el maíz pueden ser evidentes. Pero hay aún más costos que las grandes tabacaleras hasta ahora han podido mantener fuera de su contabilidad, como el costo de los contribuyentes de deshacerse de los productos de desecho de la industria, como los filtros de cigarrillos, o restaurar el hábitat contaminado por la escorrentía agrícola.

“En México, a pesar de sus recientes avances en políticas públicas, la industria tabacalera sigue matando a más de 60,000 personas cada año y utiliza al país como terminal de exportación de muertes y enfermedades en toda América Latina.  Las grandes tabacaleras deben pagar por la pobreza, el hambre, las enfermedades y la contaminación que nos ha cargado», dice Erick Antonio Ochoa, Director Ejecutivo de Salud Justa.

En cuanto a Colombia, “es indudable el éxito de la implementación de medidas como los ambientes libres de humo y un avance parcial en los compromisos de subir el impuesto a cigarrillos. Hoy el país tiene los menores registros de consumo de nicotina en su historia”, afirma Blanca Llorente Directora de Investigación de la Fundación Anáas. Advierte no obstante que, “los costos ambientales y sociales continúan en niveles insostenibles: 34 mil muertes al año atribuibles al tabaco, y generación de desechos tóxicos presentes en los 5 mil millones de colillas que contaminan nuestros suelos y agua, sin mencionar los daños ambientales y de salud emergentes por cuenta de los cigarrillos electrónicos”.

Expertos como Blanca Llorente en Colombia y Erick Antonio Ochoa en México se unen a un llamado global para hacer que las grandes tabacaleras paguen por sus daños en el período previo a las principales conversaciones sobre el tratado del tabaco este noviembre en Panamá. En este foro, los países tendrán la oportunidad de avanzar en uno de los artículos más vitales, pero más descuidados, del tratado, el artículo 19. El artículo proporciona un marco para que los países responsabilicen legalmente a la industria tabacalera por sus múltiples daños.

Actualmente, pocos países se acercan a recuperar los costos totales impuestos por la industria tabacalera cada año.  Por ejemplo, según la investigación de Corporate Accountability, México solo recupera alrededor de 1/4 de los costos anuales de las grandes tabacaleras para la sociedad.  El panorama se vuelve aún más sombrío cuando se consideran los costos históricos totales impuestos durante más de un siglo de producción en masa.

Los altos costos de la industria para el medio ambiente también se están comprendiendo mejor y están atrayendo un mayor escrutinio.  Esta semana, en las negociaciones del tratado sobre plásticos en París, los defensores del control del tabaco destacan cómo las colillas de cigarrillos son la basura plástica de un solo uso, tóxica y más generalizada del planeta, lo que cuesta a los gobiernos más de $ 20 mil millones al año.

El statu quo es anti-desarrollo económico en su peor expresión. Privatización de la ganancia y socialización de los costos. Desde México hasta India y Nigeria, hemos terminado con el bienestar de la industria tabacalera y estamos listos para un nuevo régimen que emplea a trabajadores agrícolas en trabajos seguros y bien remunerados que alimentan a las naciones”, dijo Philip Jakpor, Director de Programas de Corporate Accountability and Public Participation África.

¿Por qué estamos pagando, con nuestros impuestos, salud, nuestras vidas y nuestro planeta, para sostener una industria tan letal? ¿Por qué nuestros gobiernos se ven obligados a pagar millas de millones de dólares para abordar esta epidemia totalmente prevenible? Te invitamos a firmar la petición aquí:

🚨Te invitamos a firmar la petición AQUÍ: 👉 ¡Que las tabacaleras paguen!

“Hay que legislar sobre los cigarrillos electrónicos o vapeadores para proteger a niños y jóvenes de Colombia”, insisten organizaciones civiles y científicas

  • Organizaciones civiles y científicas piden al Congreso de la República, de manera prioritaria, aprobar el Proyecto de Ley que promueve la implementación, por primera vez en la historia del país, del impuesto a los cigarrillos electrónicos o ‘vapeadores’ y que se triplique el impuesto al tabaco, medidas que evitarán una lluvia de amenazas en la salud, la economía y el medio ambiente de Colombia.
  • No cabe duda que los cigarrillos continúan causando la mayor parte de los costos de la epidemia del tabaco, pero la alerta en estos últimos años está en la legislación de los cigarrillos electrónicos o ‘vapeadores’, los cuales hoy en día, debido a la nula regulación de estos dispositivos, son muy asequibles para niños y jóvenes, público objetivo de la industria para atraer a nuevos clientes.
  • Todos los productos de tabaco son nocivos, incluidos los que producen aerosol distinto al humo, como los cigarrillos electrónicos. Al exponer al consumidor a más de dos mil sustancias químicas, entre ellas nicotina, se aumenta el riesgo de enfermedades graves como el cáncer y enfermedades cardiovasculares.
  • El Proyecto de Ley 274/2022 de Cámara, que aún está pendiente de debatirse en la Comisión Tercera de la Cámara de Representantes, es cada vez es más urgente porque, cada día que pasa, la industria del tabaco provoca en el país: la muerte de 88 colombianos a diario, gastos anuales al sistema de salud por 17 billones de pesos, más de 5 millones de colillas que caen a ríos y mares cada año, y el incremento del número de consumidores, especialmente de niños y jóvenes. La preocupación aumenta pues, de no debatirse este Proyecto de Ley, la propuesta quedará archivada.
  • Según la evidencia científica y libre de interés, de implementarse estas medidas tributarias, en Colombia se salvarán 445 mil vidas, se generará un billón de pesos adicional, que se pueden invertir en programas de salud y desarrollo; se logrará que un millón de personas dejen de fumar, se cuidará el medio ambiente y a los animales de compañía y, principalmente, se protegerá a niños y jóvenes.
  • Esta es una medida poderosa para avanzar en varias de las metas del recién aprobado Plan Nacional de Desarrollo, tales como disminuir la pobreza, y reducir las horas de cuidado no remunerado de personas con discapacidad. Además, aumenta el impacto de la inversión en educación que es otra de las grandes apuestas del Plan.

Organizaciones civiles y científicas reiteran a los congresistas de la Comisión Tercera de la Cámara de Representantes sobre las graves consecuencias que tiene la problemática del tabaquismo en Colombia, y pedirán que se implemente el nuevo impuesto a los cigarrillos electrónicos o ‘vapeadores’, y que se triplique el impuesto al tabaco.

El estudio, discusión y votación en primer debate el Proyecto de Ley No. 274 de 2022 de la Cámara de Representantes, el cual fue programado para este miércoles 17 de mayo, nuevamente fue aplazado. Esta propuesta busca crear “medidas fiscales de prevención en salud pública en materia de tabaco, derivados sucedáneos o imitadores y se dictan otras disposiciones».

La medida es apoyada por la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, la cual representa 64 sociedades médicas del país, la Sociedad Colombiana de Neumología de Tórax, la Fundación Anáas, la Liga Colombiana Contra el Cáncer, la Fundación del Corazón, el Instituto Nacional de Cancerología, Red PaPaz, la Sociedad Colombiana de Medicina Familiar – SOCMEF, el Centro de Estudios en Protección Social y Economía de la Salud de la Universidad Icesi – PROESA, Educar Consumidores, Diversidad Rural, entre otros. Además, el Ministerio de Salud y Protección Social emitió un concepto favorable del mismo texto cuando se presentó como proposición durante la reforma tributaria (ver concepto oficial de MinSalud aquí: https://bit.ly/3W9nioQ).

La industria se opone a través de sus aliados de manera insistente a las medidas de aumento de impuestos, porque conoce su efectividad para reducir el consumo, sobre todo entre los jóvenes. Las tabacaleras ocultan una verdad que requiere de medidas inmediatas: si por causa del cigarrillo mueren 8 millones de personas cada año en el mundo, entonces las tabacaleras deben encontrar, permanentemente, nuevos clientes para suplir la demanda del producto. Estos potenciales clientes son las niñas, niños y los jóvenes, quienes son más vulnerables a la publicidad de la industria que además se valió de una abrupta bajada del precio de los vapeadores en un 400% en los últimos dos años, y de la nula regulación, para facilitar el acceso a estos productos.

La propuesta recomienda, en cuanto a tarifas de impuestos:

Para los cigarrillos convencionales: aumentar el impuesto específico de $ 3.263 por cajetilla de 20 unidades a $ 8.400 por cajetilla de 20 unidades en 2023, actualizar esta tarifa anualmente, de acuerdo con el IPC más 4 puntos porcentuales (18) y mantener el porcentaje actual de ad valorem para productos de tabaco (19).

Para los cigarrillos electrónicos o ‘vapeadores’: crear una tarifa ad valorem de 150% para los sucedáneos o imitadores de productos de tabaco, que incluye nuevas formas de consumo de nicotina como los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN); y monitorear los indicadores de asequibilidad para responder a cambios en precios y aumentos en capacidad de compra con ajustes del impuesto.

Impacto del consumo de tabaco en Colombia

Son más de 34 mil colombianos que mueren cada año por esta causa, y 200 enfermedades que se generan por el consumo de estos productos. El 80% de las enfermedades no transmisibles son prevenibles, controlando factores de riesgo como el tabaquismo, pero se requieren de medidas audaces para lograrlo, en su mayor parte, de políticas que no dependen del sector salud, como los impuestos.

No solo la salud recibe las consecuencias del tabaquismo. En términos económicos y costos sanitarios, ocasiona pérdidas por $17 billones de pesos anuales y, por otro lado, impacta al medio ambiente, específicamente ríos y seres vivos que habitan en ellos debido a las colillas de cigarrillo: solo una colilla puede contaminar mil litros de agua, es decir la cantidad de agua que necesitan 10 personas al día para vivir. También, el humo de segunda mano perjudica tanto a las personas como a los animales de compañía porque aumenta su riesgo de enfermedades respiratorias y de cáncer.

 

Razones para crear un nuevo impuesto a los cigarrillos electrónicos o vapeadores en Colombia

Elevar las tasas del impuesto al tabaco es una medida de comprobada eficacia a nivel mundial, que logra salvar millones de vidas, reducir la pobreza e incrementar los recursos internos del país para financiar el desarrollo.

Las siguientes recomendaciones se basan en: el vacío tributario, en el caso de los cigarrillos electrónicos o ‘vapeadores’, la baja carga fiscal de los cigarrillos tradicionales versus su alto costo económico, la pérdida de vidas, y el impacto en la salud y la calidad de vida de los colombianos; el bajo costo de los cigarrillos en Colombia, comparado con otros países de la región; y la alta asequibilidad de estos productos, principalmente para los niños y jóvenes.

Estas razones que se exponen a continuación están basadas en evidencia científica, libre de conflicto de interés, que respaldan el Proyecto de Ley 274/2020 de Cámara , a partir de una experiencia acumulada por décadas de implementación y evaluación en países tanto de ingresos altos, como medios y bajos:

  1. Se evitarán 445 mil muertes prematuras y 16 mil casos de muertes por exposición al humo de segunda mano.
  2. Se prevendrá una avalancha de cáncer en Colombia.
  3. Se recaudará hasta 1 billón de pesos adicionales, recursos que se pueden invertir en programas sociales y de atención a la salud.
  4. Se logrará que un millón de personas dejen de fumar.
  5. Se recaudará considerablemente 17 billones de pesos que gasta el país cada año por atención de enfermedades relacionadas con el tabaquismo.
  6. Se reducirá la brecha del precio del cigarrillo en Colombia frente a otros países, puesto que continúa siendo uno de los más bajos de la región.
  7. Se abrirán nuevas oportunidades para combatir el comercio ilícito de cigarrillos que, en el país, es moderado.
  8. Se protegerá a niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
  9. Se evitará mayor pobreza y desigualdad.
  10. Se cuidará el medio ambiente.

Conozca cómo se sustentan estas 10 razones en este link: https://bit.ly/3pJAlRV

 

 

Mayores informes para medios:

Agencia Shakti Comunicaciones

Claudia Marcela González / Comunicaciones y Prensa

Cel. 3156713469 / comunicaciones@shakticomunicaciones.com

Directora Shakti Comunicaciones

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COVID-19: un obstáculo para el control mundial del tabaco, pero que podemos superar

La pandemia de COVID-19 ha sido un importante disruptor en la salud pública mundial y continúa teniendo efectos significativos y duraderos en los entornos sociales y económicos en los que vivimos y trabajamos. Al mismo tiempo, el consumo de tabaco mata a más de 8 millones de personas en todo el mundo cada año, una pandemia que avanza lentamente en sí misma, imponiendo enormes costos económicos y de salud a la sociedad y exacerbando gravemente los desafíos que enfrentan los gobiernos al tratar de abordar los costos sanitarios y económicos de la Pandemia de COVID-19. Anualmente, el consumo de tabaco cuesta a las economías del mundo más de 1,4 billones de dólares en gastos de atención de la salud y pérdida de productividad. Seguir leyendo

Industria tabacalera quiere promover en Colombia regulaciones a la medida de sus intereses

En el marco de la audiencia pública sobre el Proyecto de Ley 493 de 2020, en discusión en el Congreso de la República de Colombia, expertos en ciencias de la salud, en políticas públicas, organizaciones de la sociedad civil y entidades del gobierno colombiano como el INVIMA, y los ministerio de Salud y Protección Social, y de Industria y Comercio, presentaron sus conceptos en torno a esta iniciativa que busca regular “los productos de administración de nicotina y sin nicotina y se dictan otras disposiciones”. Seguir leyendo

¿POR QUÉ AUMENTAR LOS IMPUESTOS AL TABACO?

El aumento de impuestos es la medida más costo-efectiva para disminuir las muertes y enfermedades que provoca el consumo de tabaco #DíaMundialSinTabaco.

El tabaco mata hasta a la mitad de las personas que lo consumen. A nivel mundial cada año fallecen más de 8 millones de personas a causa del tabaquismo: más de 7 millones de estas muertes se deben a enfermedades relacionadas con el consumo del tabaco y alrededor de 1.2 millones son debido a la exposición al humo del tabaco ajeno. Existen distintas políticas públicas que contribuyen a reducir estas muertes, una de ellas es el aumento de impuestos.

La información que se presenta aquí forma parte de una investigación en la que colaboraron investigadores/as y decisores/as sanitarios de universidades, centros de investigación e instituciones públicas de Argentina, Colombia, Ecuador, México y Perú.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) incrementar el precio de los cigarrillos a través de impuesto es la medida más costo efectiva para reducir el tabaquismo. Esta medida fiscal representa numerosos beneficios para cualquier país: en el área de la salud, está comprobado que reduce el consumo del tabaco; en la economía, contribuye a aumentar la recaudación fiscal para invertirlos en el sector salud y otros sectores priorizados, además de que se evitarían los costos de la atención de enfermedades provocadas por el tabaquismo.

En el ámbito laboral se reducen costos por productividad laboral perdida (es el dinero que no se genera debido al tiempo que no se trabaja por estar enfermo, o por muerte prematura) y el impacto negativo en el medio ambiente, derivado del cultivo, la producción y el consumo de tabaco.

A pesar de que los beneficios de aumentar los impuestos al tabaco son indiscutibles, la industria tabacalera interfiere para evitar a toda costa el aumento de impuesto y así seguir vendiendo un producto que enferma y mata, utilizando falsos argumentos para engañar a la población y detener la implementación de las políticas fiscales beneficiosas para la sociedad.

En Colombia el tabaquismo provoca 30.341 muertes anuales, lo cual representa el 13% de todas las que se producen en el país en mayores de 35 años. Más de 164 mil casos anuales

de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), cáncer, enfermedades cardiacas y otras enfermedades se producen por consumo de tabaco. Además, el país pierde $ 2.036.056 millones anuales a causa del tabaquismo (gran parte de cuya cifra corresponde a la enfermedad y muerte prematura de población laboralmente activa). El incremento de impuestos produce un beneficio mayor en la población de menores ingresos y además evitaría que 28 mil personas caigan en pobreza.

Además de las muertes, en Colombia se gastan $4.319.763 millones en la atención de las enfermedades relacionadas por consumo de tabaco. Los costos de atención de las enfermedades provocadas por el tabaquismo representan el 6% del total del gasto en salud, monto que podría reducirse si aumenta el impuesto a los productos de tabaco.

Si se triplicara el impuesto a los cigarrillos en Colombia, la recaudación por el componente específico del impuesto al tabaco llegaría a 1.4 billones de pesos al año. Si los cigarrillos aumentaran un 50% su precio, en los próximos 10 años el país tendría un beneficio económico total de $9.042.831. Con ese dinero se podrían construir 906 escuelas y se evitarían 27.343 muertes.

Son muchos los beneficios que genera aumentar el impuesto a los productos de tabaco, siendo la industria tabacalera la principal barrera para su implementación.

Referencias:

Maldonado Vargas N, Llorente Carreño B, Jha P. The Global Tobacco Economics Consortium. Strengthening the leadership of Mexico, Colombia and India to advance tobacco control policy apoyado por el International Development Research Center (IDRC) y y el Cancer Research UK.

Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria. La importancia de aumentar los impuestos al tabaco en Colombia. Palacios A, Peña Torres E, Ávila A, Bardach A, Casarini A, Rodríguez Cairoli F, Espinola N, Balan D, Perelli L, Comolli M, Augustovski F, Alcaraz A, Pichon-Riviere A. Dic. 2020, Buenos Aires, Argentina. Disponible en: www.iecs.org.ar/tabaco

Ver la infografía en: https://www.iecs.org.ar/tabaquismo-en-Colombia/

Cortina de humo de las tabacaleras

Grupos de fachada de la industria tabacalera apuntan a los países latinoamericanos para socavar las políticas de control del tabaco

  • Diferentes casos de América Latina y África reflejan cómo la industria tabacalera interfiere en las políticas públicas que protegen el derecho a la salud.
  • Organizaciones internacionales hacen un llamado a los gobiernos por la transparencia y la implementación del artículo 5.3 del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS), y así detener las tácticas de la industria tabacalera, previniendo muertes y enfermedades.
  • Con la aplicación del artículo 5.3 se podría fortalecer en Colombia la política pública y así evitar que diariamente 83 colombianos mueran al día por enfermedades relacionadas al consumo de productos de tabaco.

4 MAYO 2021. Un diálogo entre América Latina y África reveló problemas comunes sobre la complicidad de la industria tabacalera en el comercio ilícito y la desinformación sobre el contrabando para socavar de manera particular las políticas fiscales de control del tabaco.

Se plantearon preocupaciones cuando, por ejemplo, la industria tabacalera se asocia activamente con las autoridades encargadas de hacer cumplir las leyes en materia de control de tabaco; y, otras relacionadas con la prevención y eliminación del comercio ilícito, como sucede cuando ofrecen su propio sistema de seguimiento y localización, o entrenamientos que crean conflictos de interés, o utilizan grupos de fachada como la Alianza Transnacional para Combatir el Comercio Ilícito (TRACIT, por sus siglas en inglés) –no solo tiene entre sus miembros a la tabacalera Philip Morris International (PMI)[1], sino que ha recibido financiación de PMI [2] a través de la iniciativa PMI-Impact y ha fomentado los intereses de la industria tabacalera en Costa Rica[3] y en América Latina[4].

Adriana Blanco Marquizo, Jefa de la Secretaría del CMCT de la OMS; Dudley Tarlton, Especialista de Programa, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Rosa Sandoval asesora de control de tabaco para la OPS/OMS, fueron algunos de los oradores que hicieron énfasis en la importancia de implementar más allá del Sector Salud el Artículo 5.3 del CMCT de la OMS y las Directrices para su aplicación, el Artículo 4.2 del Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de Productos de Tabaco (El Protocolo). Asimismo, denunciaron los grupos de fachada que impulsan la agenda de la industria tabacalera, obstaculizan el desarrollo sostenible y debilitan el control de las enfermedades no transmisibles (NCD).

La industria tabacalera sigue intentando presentarse a sí misma como parte de la solución. Al hacerlo, se relaciona con entidades como TRACIT, pretendiendo mostrar su voluntad de luchar contra el comercio ilícito mundial. Pero no olvidemos los hechos: esta es una industria con una larga historia de engaños y mentiras cuyos intereses han sido reconocidos en múltiples foros por ser ‘irreconciliables’ con los intereses de la salud pública”, dijo la Dra. Blanco Marquizo,

Ha habido un progreso significativo en la implementación de algunas medidas contenidas en el CMCT de la OMS, pero aún queda mucho por hacer en la ratificación e implementación del Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de Productos de Tabaco. Un elemento clave en el que la Región ha logrado importantes avances en los últimos años es la medición y comprensión del comercio ilícito de tabaco a nivel nacional. Estos esfuerzos han contrarrestado efectivamente la narrativa de la industria tabacalera sobre el tema y han demostrado con evidencia independiente y sólida que la industria tiende a sobreestimar el tamaño del mercado de comercio ilícito con el objetivo de evitar que los países avancen en el control del tabaco”, dijo la Sra. Sandoval.

De manera particular, Dudley Tarlton del PNUD, reconoció que lograr la coherencia de las políticas entre los gobiernos e incluso entre las organizaciones de las Naciones Unidas (ONU) es un desafío, pero muy necesario. Es la clave para un control eficaz del tabaco. Los enfoques de políticas coherentes aseguran la participación multisectorial y el apoyo político necesario para reducir el consumo de los productos de tabaco.

Por su parte, el economista Roberto Iglesias aseguró que aunque los mercados ilícitos de cigarrillos son uno de los principales delitos transnacionales en la frontera de Argentina, Brasil y Paraguay, sin embargo el Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de Productos de Tabaco está ausente en la capacitación apoyada por el Ministerio de Justicia de Brasil y organizada por dos importantes universidades brasileñas, y que es financiada por PMI Impact, para instruir a las fuerzas de seguridad y patrulla fronteriza de Brasil, Argentina y Paraguay sobre crímenes transnacionales en la frontera común.

Vale destacar, que Azálea Espinoza de RENATA (Red Nacional Antitabaco-Costa Rica), mencionó que “en el 2019, la iniciativa PMI Impact (de Philip Morris International) adjudicó a TRACIT US$21 millones de los US$100 millones que donó a 31 organizaciones ese año. Ya en 2017 había donado US$20 millones a 29 proyectos, entre los que estuvo también TRACIT [4]. Este ente financiado por la industria tabacalera, entre otras empresas, intenta interferir en los gobiernos impulsando cambios de políticas favorables a la industria del tabaco en toda América Latina, en Asia, Medio Oriente, Europa y África [5]. La forma de lograrlo parece ser por la vía de intensificar y fortalecer la influencia del sector privado en las comisiones e instituciones del gobierno. Existe un claro conflicto de intereses cuando las empresas y las cámaras empresariales interfieren con los órganos en los que se debe crear política pública con intereses comerciales y comprometen los esfuerzos del gobierno para proteger y promover la salud de la población o la economía de la nación”.

Así mismo, Daniel Dorado, Director Internacional y para América de Políticas Públicas de Corporate Accountability, uno de los comentaristas del evento, señaló: “Es recurrente que la industria tabacalera esté detrás de organizaciones como TRACIT con el fin de obtener acceso a los gobiernos e influir en el desarrollo e implementación de las políticas públicas. De cara a la Novena Conferencia de las Partes (COP9) del CMCT de la OMS y la Segunda Reunión de las Partes (MOP2) de El Protocolo, que tendrá lugar en noviembre 2021, los Estados Partes deben cumplir su compromiso en torno a las Decisiones de maximización de la transparencia adoptadas en la COP8 [6] y la MOP1 [7], y presentar sus Declaraciones de Conflicto de Interés. Esto garantizará una transparencia total y enviará un mensaje categórico a la industria tabacalera y a organizaciones como TRACIT: la interferencia de la industria tabacalera no se permitirá, nunca, en la formulación de políticas internacionales de salud pública”.

En esta misma línea, Eduardo Bianco, Director para Latinoamérica de la Alianza para Convenio Marco (FCA por sus siglas en inglés) expresó que la industria tabacalera usa organizaciones de fachada para transmitir su mensaje, posicionarse mejor y ganar credibilidad. ¿Cuál es su mensaje? Que la solución es el diálogo entre organismos encargados de hacer cumplir la ley, la sociedad civil, los gobiernos y el sector privado -o “los contribuyentes”- entendidos ambos como la industria tabacalera. De esta manera ignoran y socavan El Protocolo. Lamentablemente, este mensaje ha permeado en algunos gobiernos, y también en Agencias Internacionales importantes, quienes se olvidan que tanto el CMCT de la OMS, como El Protocolo, son tratados del sistema de la ONU, legalmente vinculantes, donde los países han decidido que la industria tabacalera no participe, porque forma parte del problema, no de la solución.

Por su parte, Fatou Diouf, la Coordinadora Regional de la FCA para África, señaló una investigación del Atlas del Tabaco, que sugiere que hasta el 98% de los productos ilícitos de tabaco provienen de fabricantes de tabaco con licencia, comprobando que la industria tabacalera es el mismo iniciador del comercio ilícito de productos del tabaco. «Esto también hace que los productos del tabaco sean menos costosos y accesibles, lo que a su vez se traduce en que más personas fumen y menoscaban la eficiencia de las políticas de cesación basadas en impuestos«, dijo Fatou. Mencionó a Kenia, que dijo que es un modelo que otros países deberían emular a la hora de implementar un sistema de seguimiento y rastreo para luchar contra el comercio ilícito de productos del tabaco.

Por su parte, el Vicepresidente de la Mesa de la Conferencia de las Partes (COP) en representación de la Región Africana, Dr. Vinyo Kodzo Kumako, subrayó la necesidad de que la comunidad del tabaco contrarreste de manera más agresiva las iniciativas de comercio ilícito de la industria tabacalera ellos son los «actores plenamente legitimados» para hacerlo.

Reina Roa, la Vicepresidenta de la Mesa de la Conferencia de las Partes en representación de la Región de las Américas, concluyó el evento con un llamado a todos los países «Implementa El Protocolo porque es fundamental para lograr una disminución del consumo de productos de tabaco, evita la interferencia de la industria tabacalera. Y agregó, “Si no eres Parte de El Protocolo, súmate YA”.

 

Diálogo entre Latinoamérica y África

El diálogo fue organizado por el Centro de Intercambio de Conocimientos de la Secretaría del CMCT de la OMS para el Art. 5.3 (Centro Global para la Buena Gobernanza en el Control del Tabaco -GGTC), el Centro de Intercambio de Conocimientos de la Secretaría del CMCT de la OMS sobre Cooperación Internacional – CCICT), Corporate Accountability, y la Alianza Africana para el Control del Tabaco (ATCA). Con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la colaboración de la Framework Convention Alliance (FCA), Africa Centre for Tobacco Industry Monitoring and Policy Research, y Corporate Accountability & Public Participation Africa (CAPPA).

El 31 de mayo es el Día Mundial Sin Tabaco, fecha que se celebra desde 1988 por la OMS para generar conciencia sobre las muertes y enfermedades relacionadas con el tabaquismo.

 

Fuentes

1- https://www.tracit.org/who-we-are.html

2- https://tobaccotactics.org/wiki/tracit/

3-https://adiariocr.com/english/tobacco-funded-group-tracit-tries-to-influence-tobacco-control-policy-in-costa-rica/

4- https://adiariocr.com/nacionales/tracit-grupo-financiado-por-tabacaleras-intenta-influir-en-politicas-del-control-del-tabaco/

5- https://adiariocr.com/nacionales/tracit-grupo-financiado-por-tabacaleras-intenta-influir-en-politicas-del-control-del-tabaco/

6- https://www.who.int/fctc/cop/sessions/cop8/FCTC__COP8(12).pdf?ua=1

7- https://www.who.int/fctc/protocol/mop/FCTC_MOP1(15).pdf?ua=1

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